[vc_row][vc_column][wbc_heading tag=”h4″ align=”left” md_font_size=”15″ sm_font_size=”15″ xs_font_size=”15″ title=”Me encontraba en la edad de 21 años, cuando recibí la llamada, de mi hermano, quien algo aturdido y confundido, me dice del otra lado;¿Es cierto que mamá murió? mi corazón en ese momento, paró por una milésima de segundo y comenzó a palpitar muy fuerte, respondí; ¿Cómo que mamá murió? y la llamada se cortó. fue entonces; cuando el dolor más profundo que jamas había sentido se apoderó de todo mi ser, la soledad, la desesperanza y un mundo de emociones sucumbaban mi mente., me senté en un sillón tratando de asimilar lo que estaba ocurriendo, mamá había fallecido, ¿y ahora que seria de mi vida? ¿hacia dónde voy? pero, momento! mamá había fallecido! la única persona que me amaba con el amor más puro, ya no estaba!. no podré sentir sus abrazos, sus besos, sus palabras y su amor nunca más! mama murió! esa verdad punzo cada parte de mi corazón, las lágrimas comenzaron a derramar una tras otra por las próximas horas y siguientes días, antes de su último adiós.
Este, es uno de los momento en mi vida en el cual encontrar gozo era algo inconcebible, no había manera, de poder sentirlo o quizás pensar que esto podría ser posible, pero, recuerdo una persona se acercó, y me dijo estas palabras; Quizás nada pueda aliviar su dolor, pero, espero esto le ayude un poco; este es un tiempo, donde creemos que Dios no está cuidando de nosotros, pero, es todo lo contrario, Dios en este preciso momento tiene su corazón en sus manos, sobando cada parte, por todo el dolor que usted siente, el esta mas cerca de lo que su mente puede considerar.
Me retiré,busque un lugar sola, y le dije a Dios, sabes; es cierto, quizás ahora no lo entienda, pero, la verdad quien soy yo, para pedirte explicaciones, si mi mamá no me pertenece, te pertenece a ti, pero, yo también te pertenezco y hoy como tu hija te pido que alivies este dolor, porque lo único que puedo recibir es tu consuelo, es todo lo que necesito, quiero tu presencia tan tangible y real, que la paz que tu das, pueda venir a ser ese bálsamo para calmar este dolor. fue la conversación más honesta, que jamás había tenido con Dios, en ese instante, todo fue diferente, mi alrededor cambió, si, había, una realidad, mamá ya no estaba, la gente lloraba, el dolor era visible en todo momento, pero, había una paz que sobrepasa todo entendimiento, en medio de una tribulación inesperada, las personas que se acercaban a darme el pésame me miraban fuerte, o sonriente, y decían; que bueno que estas bien,pero, deberías de expresar tus sentimientos, y yo sonreía, la gente no lo entendía, era aquello inexplicable, claro, que había una verdad, claro!, que había una circunstancia, que estaba latente, pero, estaba en mi corazón la presencia de un Dios, que había prometido cuidarme, según el Salmo 127;10 Aunque padre y madre te dejaran,con todo Jehova te recogerá.
Entender este versículo en ese tiempo, me hizo recordar que si, mi mamá era alguien a quien Dios había puesto en mi vida, pero, no sería eterna en la tierra y a mi lado, fue entonces, cuando la total dependencia de Dios fue real, El es mi padre, mi protector, mi redentor, quien cuida cada paso, quien sabe cuantos cabellos tengo, en la tribulación de la pérdida lo encontré en la totalidad de la pertenencia, pues es a Él a quien le pertenezco.
Punto de acción: Termino con esta pregunta¿Es la tribulación tan fuerte que te ha hecho perder el gozo, olvidando que es Dios quien te cuida en los momentos más oscuros, o densos de tu vida?
Cada vez, que te encuentres en un tiempo de tribulación, es el momento perfecto para poder tangible de Dios, aun cuando el gozo parezca impensable recibirlo.
Santiago 1:2
Hermanos míos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.
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