[vc_row][vc_column][wbc_heading tag=”h4″ align=”left” md_font_size=”15″ sm_font_size=”15″ xs_font_size=”15″ title=”Quiero iniciar compartiendo una pequeña historia que escuché hace un par de días mediante una prédica.

“Había una vez un varón judío que era perseguido por unos soldados alemanes en la segunda guerra mundial. Este judío al sentir que era alcanzado por los que le perseguían, buscó un refugio para esconderse y se ocultó en una cueva que no era muy profunda. Cuando estaba en el fondo angustiado por la agonía de ser descubierto empezó a clamar a Dios, que le mandara Ángeles para que le protegieran para no ser descubierto por sus enemigos, en ese momento apareció una araña y empezó a tejer una telaraña en la entrada de la cueva, él judío volteó la mirada hacia arriba y al ver a la araña exclamó: Señor te pido que me mandes Ángeles y lo que me mandas una simple araña… El judío con miedo volvió a inclinarse para continuar orando. Cuando llegaron los alemanes y se pararon frente a la cueva uno de ellos dijo: creo que logró escapar porque a la cueva no ha entrado, pues la telaraña está intacta.”

Esta historia llamó mi atención, porque muchas veces nos sucede lo que le ocurrió al hombre judío; oramos a Dios por algo bien específico, y en medio de la espera… vemos que no recibimos una respuesta o al menos NO DE LA MANERA QUE DESEAMOS.

En medio de este escenario quiero llevarlos a responder la siguiente pregunta: ¿Estarías dispuesto a permanecer en Fe aún si Dios no te responde como quieres?

La palabra de Dios nos dice en Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Cómo son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.“

Como cristianos muchas veces olvidamos que tenemos a un Dios soberano y creativo, que se manifiesta de maneras inimaginables e inexplicables para el razonamiento humano.

Sin embargo, en la insensatez e impaciencia humana llegamos a creer que Dios está demasiado ocupado atendiendo los problemas de otras personas, y en ocasiones comenzamos a perder la confianza que dará una respuesta a nuestras oraciones. Dando lugar para que muchos en el camino cesen en oración, al no ver una respuesta tangible.

Ahora quiero invitarte a que escudriñemos la Palabra de Dios, y dispongas tu corazón a recibir un alumbramiento espiritual:

1. Dios conoce nuestros anhelos más íntimos de nuestros corazones. (Ver Jeremías 17:10; Salmos 38:9)

2. Él tiene su oídos atentos a nuestras oraciones. (Ver Salmos 34:15; Juan 14:7)

3. El sabe lo que es mejor para nosotros, aún si su respuesta es un “no“. (Ver Jeremías 29:11; Romanos 8:28)

4. Nos enseña a confiar en Dios, aún cuando nuestro ojos naturales no puedan ver que Él está obrando a nuestro favor. (Ver Hebreos 11:1; 2 Corintios 5:7; Habacuc 2:3; Juan 11:40)

5. Todo en el tiempo de Dios es perfecto. (Ver Eclesiastés 3:1-15)

Punto de acción: Te animo a que cada día permanezcas pegado a la fuente de vida, la cual es Cristo, y si en algún momento tu fe ha desfallecido, este día remonta vuelo, y canta tu mejor alabanza creyendo que Dios ya respondió tus oraciones; y si Su respuesta fuere “no“, canta aún más fuerte porque aún no ha sonada tu mejor canción, así que canta, canta al Rey de Reyes y Señor de Señores, porque sus bondades y misericordias son nuevas cada mañana.
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