Pastor Pablo Elvir
La Historia del Periquito Un periquito feliz fue sacudido por la vida, traumatizado, y perdió su canto. Se quedó en silencio. Así nos sentimos a veces cuando la vida nos golpea y nos revuelca. Nos roba la canción, nos roba el gozo.
En contraste, el canario es un pájaro optimista. No importa la circunstancia, sigue cantando porque su canto no depende del exterior, sino de algo que ya está dentro de él.
Hoy quiero hablar sobre la importancia de proteger nuestro gozo.
TENEMOS QUE CUIDAR NUESTRO GOZO
La Biblia dice:
“El gozo del Señor es mi fuerza”
El gozo no es solo reírse. Hay risas sin gozo y hay gozo sin carcajadas. Nuestro gozo está conectado directamente con nuestra fuerza. Cuando el enemigo nos roba el gozo, nos debilita. Sin fuerza, no podemos resistir ni vencer.
El desánimo, la presión, la amargura, la ofensa, las dificultades familiares o financieras pueden aplastarnos. Pensamos: “Cuando logre esto, seré feliz”. Pero el gozo no puede depender de circunstancias externas.
Nuestro gozo está conectado a nuestra fuerza.
Ejemplos:
- Dinero: Una persona sin gozo se rinde. Una persona con gozo se levanta y lo intenta de nuevo.
- Enfermedad: El estado de ánimo afecta la recuperación y la salud en general.
- Familia: Con gozo, enfrentamos mejor cualquier situación.
1. MANTENER TU GOZO ES UNA DECISIÓN
Cualquiera puede estar contento cuando todo está bien. Pero la verdadera prueba es mantener el gozo en la dificultad.
Jesús dijo en Juan 16:33:
“En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”
No es natural alegrarse en los problemas, pero es una decisión de fe. El enemigo quiere que pierdas el gozo para debilitarte, pero si decides protegerlo, te mantendras fuerte en los días difíciles.
2. TIENES QUE PROTEGER TU GOZO
David
David enfrentó enemigos y persecuciones. A pesar de eso, escribió:
Salmo 118:24:
“Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.”
David no esperó a que la situación mejorara para alegrarse. Decidió regocijarse AHORA.
Pablo y Silas
Encarcelados injustamente, podrían haberse quejado. En cambio, en medio de la noche, cantaron himnos a Dios. La tierra tembló, las puertas se abrieron y fueron liberados.
La verdadera prueba de tu gozo es cuando:
- La gente te critica.
- La vida te golpea.
- El reporte médico es negativo.
No pierdas tu gozo. Decide mantenerlo sin importar las circunstancias.
Una familia tuvo que mover su negocio porque les pidieron el local. La municipalidad no aprobaba su nuevo permiso y al final, cuando ya estaban mudándose, aparecieron para exigirlo. En ese momento, podían amargarse o decidir confiar y seguir adelante.
El gozo es una decisión. Protege tu gozo. Mantente firme en el Señor.